Actualmente estamos viviendo una crisis en el área de la meditación – ahora encontramos un sinfín de meditaciones, tradiciones, escuelas, métodos, técnicas, maestros, gúrus, guías, yoguis, sadhus, sabios, iluminados, medio-iluminados, casi iluminados y todos prometen llevarnos a los estados meditativos que nos van a cambiar.
Todo va hacia la meditación de consumo rápido y efectos instantáneos, prácticas como aspirinas – buenas para todo y transformaciones en un par de sesiones que prometen cambios profundos y el renacimiento. Promesas de la sanación del alma sin nunca abordar el tema de lo que el alma es, que la compone y como ocurre, promesas de fortalecer el espíritu sin el entendimiento del espíritu mismo.
Pero creo que esta tendencia de prácticas tipo si fuera fast food en realidad lo que demuestra es la gran necesidad de la gente de involucrarse con su interior. Creo que no importa si pensamos que el cambio milagrosamente se va a dar o que realmente entendemos que la transformación es directamente proporcional a nuestro esfuerzo – lo importante es que más allá de las terapias, del ejercicio, de las dietas, ya aparece otra opción – el ejercicio y las prácticas de la mente.
Por supuesto esto conlleva muchos peligros porque no siempre las técnicas que se ofrecen son efectivas, algunas confunden y otras definitivamente frenan el desarrollo de la persona que practica pero creo que hay todo tipo de prácticas para todas las condiciones y es el karma que define si el individuo encuentra al maestro o no, si avanza en su vida o genera más ilusiones y más fantasía.
Cada tipo de alumno encuentra a su maestro, maestro que le dará respuestas y prácticas adecuadas a su nivel de entendimiento y sus necesidades. Si es un mal maestro, que pena, hay que seguir buscando, tal vez el karma permitirá que el siguiente maestro sea más efectivo, o tal vez seguiremos rodando por la vida envueltos en prácticas que desarrollan la ignorancia y habrá que renacer como burro para que en otra ocasión logremos superar esta limitante fundamental de la mente.
El yoga ha pasado ya por este camino, la meditación apenas se está aventurando en el camino de su desarrollo y la popularización en el occidente. Con gran curiosidad observo a mis amigos, los maestros de yoga, para entender hacia donde se dirigen.
Hoy la práctica del yoga de la India, un camino espiritual de gran impacto, trascendencia y un increíble nivel de la eficacia, va en tres direcciones: hacia fitness y lifestyle, hacia aplicaciones concretas y eficaces para necesidades concretas de los occidentales, y finalmente hay aquellas que laboriosamente tratan de sostener entre sus alumnos la conciencia del yoga como un camino transversal, transformatorio y espiritual.
A fin de cuentas mi consejo es: hagas lo que hagas, hazlo bien… y ¡cuidado con el karma!