El fuego es el elemento al que más tememos, tal vez porque todos hemos vivido sus efectos destructores: el odio y la ira pueden consumirnos en sus llamas, el exceso de la pasión, los celos y la envidia así como la soberbia también pueden devorarnos en un instante, dejando solo cenizas. El fuego es irreversible e incontrolable… pero no todo fuego es así.
El fuego controlado es indispensable para la vida: da calor, sirve para preparar la comida, transforma unas cosas en otras, sin la combustión no sería posible usar coches ni tanta maquinaria que hoy es indispensable.
En nuestro cuerpo, el fuego es el calor que sentimos, calor que nos da confort, es la digestión, pero también lo es la fuerza que tenemos, con la que hacemos las cosas – es un elemento vital.
En nuestras emociones es la intensidad con la que las sentimos y con la que nos expresamos, también la facilidad que tenemos para transformar las situaciones, la capacidad de encontrar el potencial en nuestro entorno.
En la mente, el fuego es la creatividad, la pasión que ponemos en hacer las cosas – determinación, el enamorarte de lo que haces, el buscar donde nadie más encuentra. el fuego es el elemento de los innovadores, de los guías, precursores.
Ahora si… el fuego desmedido es… pero eso, tu ya lo sabes.