Todo empieza en la mente… y termina en la mente. Ojalá todo terminara como bienestar y no como sufrimiento. Si no es así, entonces algo estamos haciendo mal.
En esta serie de artículos sobre la sanación, he tratado de convencerlos que la enfermedad es la etapa “terminal” de algo que ocurre en la mente. Muchas veces ya es muy difiil invertir aquello que ya es “real”, tangible, se ve, se siente – la enfermedad.
Pero también he tratado de mostrar las mecánicas que pueden detener la fuente de la enfermedad, malestar y sufrimiento y con disciplina podemos transformarla para que brote con aguas limpias, no containadas.
Pero hoy quiero mostrarles cómo lograr el cambio sanador desde la mente.
Estamos acostumbrados a pensar que nuestros órganos de los sentidos recolectan la información que está afuera y nos informan, oportunamente, sobre la “realidad”.
Pero … ¿y si no fuera as?
Si los ojos y los oidos proyectaran hacia afuera todo aquello que ocurre dentro de la mente?
De esta manera, las personas que viven miedo, verian objetos de su miedo afuera mientras que las personas que aman, en el mismo lugar verían razones para sentir más amor.
¡Que extraño!… ¿o no?
Esto significaría que nostros, desde la mente podemos cambiar lo que vemos afuera.
¿Te atreverías a probarlo?
Y en los lugares donde algunos conectan y sienten trsiteza o angustia, otros podrían sentir alegría o serenidad.
Si es así, esto signfica que las situaciones externas dependen totalmente de nuestros procesos mentales y no de sí mismas.
¿Pero cómo cambiar en un momento aquello que has tardado toda la vida en crer?
Bueno, pues es muy sencillo: comienza a crear una nueva visión, una nueva manera de ver las cosas. ¿Pero cómo? – me dirás otra vez, y con sobrada razón. eso es todavía más sencillo y más práctico.
La mente tiene que ver con juicios, con la forma en la que juzgamos y luego interpretamos las cosas. Empieza a hacer un entrenamiento de la mente y genera pensamientos y luego pronúncialos, sobre algo que te molesta. Y anque no lo sientas, dilo y escúchate decirlo. Lo mejor sería que eso fuera relacionado con algo que en la vida cotidiana te consume y genera malestar.
Por ejemplo, si acostumbras sentir emociones fuertes y negativas relacionadas con alguien que no sportas, piensa:
“no lo soporto pero me gusta como se viste”
O si te la pasas cultivando tu relación negativa con tu pareja o tu trabajo y dedicas mucho tiempo pensando en ello, entonces:
observa lo que ves desde tu ventana y piensa: “cada una de las personas que están allí tienen su propia vida, su propio sufrimiento – nadie se escapa”.
No importa si es cierto o no, lo que piensas. Lo importante es que tu mente desvia su atención y el área de la experiencia del rpesente cambia de lugar. En losmomento que piensas eso, distraes a tu mente y generas una visión, una manera de percibir distinta, nueva para ti.
Así cumples con doble objetivo: entrenas la mente en el estado de estar bien y te desconectas de la fuente de tu malestar.
Si cultivas las cualidades de la mente, en vez de su lado denso, emocional y negativo, muy pronto tu mente comenzará a reptir sola este nuevo esquema… ¿y qué crees?… empezará a sanar.