Las condiciones que nos generan estrés, son inevitables, ya que vivimos en una comunidad, en una sociedad, porque trabajamos, nos enamoramos, nos falta dinero, nos sobra dinero (algunos), nos falla la salud, en fin… esa historia todos la conocen y todos tenemos mínimo un posgrado, una maestría en estresarnos y en sufrir.
¿Realmente podemos evitar las condiciones que nos estresan? La verdad es que no, porque aunque te vayas a vivir al bosque, la playa, o incluso a una cueva, seguirás preocupándote por la comida y por tus necesidades básicas. A menos de que renuncies a la vida y aceptes que no necesitas nada y que todo lo que viene es perfecto, condición y filosofía sumamente incómoda para vivir pero eficaz para dejar lo mundano.
Si no eres una de estas personas, entonces te toca vivir con el estrés (estrés = vida misma). No hay muchas cosas que puedas hacer para eliminar el estrés, si no quieres cambiar tus condiciones, pero hay mucho por hacer, si quieres cambiar sus efectos negativos.
Si no puedes cambiar las causas del estrés, es decir, si no puedes modificar lo externo, modifica entonces lo interno; te juro que de todos modos eso es mucho más eficiente.
Para empezar debes encontrar un lugar dentro de ti donde te sientas cómodo, donde tu mente deje de operar con sus esquemas diarios de juicios, criterios, temores, control y toda la emocionalidad – tú bien sabes qué demonios tiene tu mente.
En ese espacio, totalmente privado, donde llegas a esa sensación de inamovilidad, de ser intocable e ilimitado, aparece la paz y la quietud, y con éstas – surge el bienestar.
Todos tenemos dentro de nosotros ese lugar, y cada vez que entres allí, surgirá el bienestar que solo será puerta para otras experiencias y cada una de éstas podrá disolver tu peor demonio. De ti dependerá si lo vuelves a invitar o no… generalmente, sí, volvemos a invitarlos porque en el fondo estamos acostumbrados a vivir con ellos. ¿Quién quiere vivir en paz 24/7, verdad?
Bueno, todo eso es posible, factible, una realidad y además… es fácil de realizar.
Pero ¿por dónde se entra a ese espacio? ¿Dónde está la puerta?
Esa entrada está en ti, muy oculta, cerrada con muchas llaves, con muchas trampas y obstáculos que debes superar.
¿Quieres saber dónde?… practica yoga y meditación.
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