Pero los entrenamientos no nos gustan – son difíciles, desafiantes, muestran nuestras debilidades y los resultados esperados siempre están lejos. Desviamos nuestra atención, comenzamos a disminuir la práctica, la motivación se pierde y los abandonamos.
Dejamos el gimnasio, dejamos las dietas, las clases de guitarra, cocina, francés, tejido noruego, hasta la pareja la dejamos. Y los cambios no llegan. Invertimos tiempo, esfuerzo, dinero y … no pasa nada. – seguimos en el mismo punto de la partida o peor. Claro que con esto viene la frustración.
Lo mejor sería que el cambio llegara sin esfuerzo – solito. Y lo malo es que en esta vida, hay que entrenarlo todo: el cuerpo, las emociones y la mente.
Un sueño maravilloso: comer y bajar de peso, acostarte y que los músculos solitos se fortalezcan y te den forma espectacular, no leer ni un solo libro y que tu intelecto solito se enriquezca con el conocimiento y amplios criterios, estar conectado a la TV viendo telenovelas o películas sentimentales baratas y que tus emociones sean estables, sólidas y hermosas.
Mmmmmm… un sueño – ¡y seguirá siéndolo porque no pasará! Sin esfuerzo nada cambia, todos lo sabemos… pero podemos soñar ¿no?
Pero hay cosas que si, hacemos sin esfuerzo, regularmente con gran frecuencia y nos empeñamos en repetirlas a la perfección. Allí si hacemos la maestría y logramos los objetivos esperados: ¡nuestras emociones negativas!
Cuando te enojas, te enojas plenamente. Tienes un gran acervo de palabras, actitudes, gestos, intenciones, una gran imaginación para ir más y más profundamente en tu enojo. Y si es poco, le hablas al amigo y le cuentas para seguir practicando tu enojo. Y si este amigo no logro conectar con tu enojo – la hablas a otro. Finalmente prendes la TV y ¿qué película escoges para ver? Seguramente no será de amor o de encontrar paz interior – va a ser de guerra o de terror.
¿Ves que si puedes lograr la transformación sin esfuerzo y espontáneamente?
Todas estas emociones que las tienes practicadas a la perfección, surgen solas y cada vez con mayor facilidad inundan tu corazón. Ya tienes una cierta prontitud de sentirte así – una tendencia. Esa es totalmente independiente de lo que ocurre afuera, es más, si afuera no ocurre nada que te enoje, tú buscarás razones para sentirte mal y enojarte.
Este es el sargazo del corazón. En una ocasión escribí sobre el sargazo de la mente – un fenómeno triste que nos empobrece e incapacita para tener ideas claras pero éste – del corazón, es más profundo y más tristeza nos impide sentir.
Debemos tener cuidado con lo que cultivamos porque pronto no habrá espacio para otras cosas que nos benefician. Una vez superado cierto límite de espacio ocupado, todo, vertiginosamente, comienza a llevarnos hacia lo mismo: aquello que más practicamos.
El sargazo emocional nos deshabilita para sentir otras cosas. Nos anestesia y ya no podemos sentir otras cosas más que ésta que hemos practicado tanto.
Cuidado con el sargazo de las emociones – no permitas que ocupe el espacio de tu corazón.
2 Comments
Wojtek me encantaron estos artículos que escribes del sargazo me has hecho reflexionar mucho y lo agradezco , de hecho lo leo constantemente y me caen diferentes cosas que me cacho en sargazo . Tratare de lograr este reto de no tener sosegazo en ningún aspecto de mi vida .????
Soy lore Ojeda
¡Gracias!
Ojalá todos reflexiones, aunque sea un poco sobre eso.