La mente cotidiana se enamora y este amor se puede volver una emoción condicional si se desconecta de la verdadera fuente del amor
Sobra decirlo, pero vale la pena recordarlo, que el amor no se refiere a una relación que tenemos sino a nuestra capacidad de realizar ese estado.
En cada amanecer, cada atardecer, en cada aspecto de vida – una flor, un bosque o playa, en un perro, un gato una abeja, en cada aspecto de la naturaleza como un río, una montaña o planicie, hay mil razones para sentir el amor. No el deseo sino la felicidad, alegría, plenitud, ecuanimidad que se despiertan en nuestro corazón si miramos a través del amor.
Así que el amor comienza por nuestra apertura, nuestro actitud hacia todo.
¿No crees que la vida es diferente si la miras a través del odio, rencor o a través del amor y a belleza?
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[…] eso ya hablé en los posts: Amor inconmensurable y Amor […]