La práctica hace al Maestro y la meditación es una forma de entrenamiento y como tal debe responder a las reglas de entrenamiento como si fuera físico. Solo algunas de estas, que debes considerar si quieres obtener buenos resultados de tu esfuerzo, son:
Hoy quiero comentar los primeros dos puntos: el método y la frecuencia
Recuerda que para lograr el cambio que deseas no debes convertirte en un monje budista ni yogui hindú. Tampoco debes retirarte a una ermita y dejar la vida diaria. Al contrario, los yoguis del siglo XXI son aquellas personas que logran el cambio aun viviendo en las condiciones que les toca vivir ¡y cambiarlas!
MÉTODO
Cada práctica tiene su fase de construcción, es cuando aprendemos las técnicas y nos familiarizamos, tanto con el contenido como con sus resultados. Para lograrlo es importante practicar de manera constante.
Define la hora y el tiempo que puedes dedicar a la práctica así como la frecuencia con la que realizarás la práctica y haz una promesa en tu interior para cumplir con lo que definiste. Es una forma de voto. Debes ser responsable y cumplir la promesa. Si te comprometiste con 20 minutos, debes cumplir con ello. Si comienzas a cambiar estas reglas, mejor deja de practicar porque no llegarás a ningún resultado. Por eso es importante ser realista a la hora de hacer el compromiso con la práctica. Debes apoyarte en tu determinación, disciplina y ser constante.
Tu práctica debe tener dos vertientes:
La aplicación de la práctica se refiere a observar lo que es el tema de la práctica – por ejemplo tus miedos o la ira – y al darte cuenta aplicar lo que aprendes durante la práctica formal así como todos los tips posibles que tengas para cambiar el proceso que estás estudiando. Esta segunda parte no solamente apoya ala primera pero también la verifica y fortalece.
FRECUENCIA
La frecuencia de tu práctica depende de que tan rápido quieres lograr los resultados. Asumo que si estás practicando es que quieres lograr la transformación o aprendizaje pronto así que debes lograr una buena frecuencia y la constancia.
Lo mejor es practicar diario, tanto la práctica formal como la parte de la integración. Si puedes hacer la práctica formal dos veces al día, desde luego tu progreso será mucho más rápido. si tus prácticas son muy desarrolladas o haces varias prácticas, deberás encontrar un equilibrio entre todas las meditaciones sin llegar a saturarte, de lo contrario tus experiencias perderán su frescura, impacto y podrán llevarte a la confusión y las dudas. Pero, por lo pronto estoy refiriéndome a un practicante principiante así que no deberá tener estos problemas.
¡Practica, se constante y responsable!