Tres días antes de recibir el año nuevo los tibetanos hacen cambios en su vida externa. Renuevan su entorno, pintan sus casas, cambian algo en su interior, la decoran. Quieren que las casas sean diferentes cuando llegue el año nuevo.
No quieren recibirlo en las condiciones idénticas del año viejo.
Además, lo hacen personalmente, ponen su propio esfuerzo en el cambio, no permiten que alguien más lo haga porque el cambio es para el que lo logra.
¿Tiene sentido?
También se dedican su propio aspecto exterior. Se compran ropa nueva, alahas – todo para verse diferentes el día que llegue año nuevo.
Es simple: si quiero algo nuevo, no voy a recibirlo en viejas condiciones.