Aun cuando la meditación ocurre en la mente, como principiantes debemos considerar varios espacios para meditar que apoyan nuestra práctica.
A largo plazo solo es el último que el practicante está conquistado constantemente -que es la mente. Los espacios externos, las emociones o las experiencias del cuerpo dejan de ser obstáculos en la meditación. Desde luego al principio de esa lucha por conquistar, domar y perfeccionar la mente, vale la pena cuidar todos los detalles y todos los espacios.
Espacios para meditar
El primer espacio es el lugar donde meditas. Este puede apoyarte mucho si lo respetas, lo mantienes puro. Trata que sea siempre el mismo lugar, que nadie pase por allí cuando medites, que te brinde paz y ofrezca quietud y silencio. Si lo decoras y embelleces – ¡que bien! Vale la pena hacerlo, finalmente este es el lugar donde lograrás la magia de la transformación y la conquista de la mente.
El segundo espacio es tu cuerpo. Para ordenar éste, debes usar una postura correcta. A veces es difícil, sobre todo cuando empezamos, pero vale la pena hacerlo, esforzarse porque una postura correcta pone a la mente en postura correcta también.
El tercer espacio es aquel donde ocurren tus emociones. Debes calmarlas, encontrar ecuanimidad, abandonar cualquier necesidad, apego o deseo, cualquier irritación o expectativa. No es tan difícil como parece, usa para ello tu propia mente – su atención y enfoque.
Y finalmente el cuarto espacio es aquel de la mente cotidiana. Ésta debe dejar el pasado atrás, no buscar nada en el futuro, no tratar de cambiar el presente, no controlar nada ni esperar nada. Aquí también es fácil lograrlo si usas tu atención y el enfoque.
Después de un tiempo las condiciones externas dejan de influir en la práctica, en seguida el cuerpo también deja de limitarnos. finalmente las emociones también se claman ya que la mente encuentra bienestar en la quietud. Los pensamientos son con lo que trabajamos más para integrarlos o para que no sean obstáculo en la práctica pero créanme, con lo externo, el cuerpo y ecuanimidad, los pensamientos también comienzan a acomodarse. Así que muy pronto los cuatro espacios se integran y comienza el verdadero viaje hacia el interior de la mente – la conquista de lo extraordinario y mágico que todos tenemos muy oculto en el medio del alma.
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