Si meditas únicamente para relajarte, esta nota no es para ti, pero si buscas en la meditación liberarte del dolor, transfrmarte o transformar tu vida, entonces léela con atención.
¿Sabes cómo inicia una sesión de meditación?
¿No?…
¿No será por eso que a veces tus prácticas no funcionan?
Observando a los practicantes veo que muchas veces durante la práctica se pierden y llegan a
un lado de confort, relajación e inclusive gozo pero no llegan al destino final de la práctica, no
alcanzan el objetivo, la meta misma. Se pierden y sin embargo consideran la práctica como
exitosa porque les gustó la experiencia del bienestar en sí. Esa actitud les otorgará mucha
satisfacción pero no tiene nada que ver con su desarrollo espiritual y con toda seguridad
atrasará alcanzar los resultados de la práctica
Recuerda que lo más importante es saber porque estás haciendo una práctica, y si lo sabes,
entonces también sabrás si tuviste éxito o no llegaste a tu meta, pero independientemente de
esto, hay muchas herramientas que te pueden sostener en tu sesión y vale la pena dedicar un
poco de tiempo para conocerlas.
Lo primero es la postura de la mente
Primero lo que debes saber es que en una meditación hay postura del cuerpo y postura de la
mente – ambas igualmente importantes para para una exitosa sesión de práctica.
La postura de la mente depende de cada práctica pero, en una contemplación, generalmente
contiene los mismos elementos:
Las meditaciones que poseen un esquema de movimiento de la mente, como
secuencias, visualizaciones, etc, generan sus propias fórmulas que ponen la mente en una
postura correcta.
¿Y la postura del cuerpo?
Cada practica comienza con la postura del cuerpo. ¿Están seguros que la conocen bien?
¿Saben cómo beneficiarse de las cualidades que les brinda?
La postura no ha sido inventada para molestar a los practicantes y verificar su grado de
obediencia – es algo que realmente participa de manera activa en nuestra meditación.
La postura genera un terreno fértil para la práctica, la mantiene activa y la protege de las
distracciones. Les da estabilidad, claridad, genera un lugar en la mente donde la meditación
puede desarrollarse la protege de las distracciones, enfoca la mente, a través del cuerpo puedes
interactuar con lo que ocurre en la mente y modificar sus estados. En fin el cuerpo es una puerta
y una herramienta para sostener la meditación.
Pregúntale a tu instructor sobre los beneficios de la postura y practícala, dedica unos minutos
antes de cada sesión a reconocer lo que te brinda.
Un buen uso de la postura hace la práctica eficiente, es una herramienta poderosa, un seguro
que garantiza la estabilidad durante la práctica.
De hecho practicar la postura y las cualidades que brinda puede volverse una práctica completa
en sí.
2 Comments
Gracias
gracias