Cuando termina un período esperamos que aquel que inicie sea diferente, uno mejor, con menos sufrimiento y más dicha.
¿Pero porque debería serlo?
¿Hemos cambiado algo?
¿Hemos aprendido algo?… ¿aprendido realmente?… ¿somos diferentes o solo exigimos que todo cambie, excepto nosotros?
Si es así, entonces entramos con lo viejo al nuevo periodo y no habrá nada que sea diferente. Pero si, a cambio, logramos un aprendizaje, cambió nuestra manera de pensar, de ver y sentir las cosas, entonces también nuestras acciones cambiarán así que entraremos a lo nuevo, nuevos , nosotros siendo diferentes tendremos la magia de cambiar la realidad.
Asi, siendo nuevos, automáticamente iniciamos un periodo nuevo, quememos o no, y todo será distinto.
Solo debes tener cuidado con una cosa: que el cambio sea para bien, quiere decir que la maduración que ha habido en ti, te traiga cualidades que se relacionan con la felicidad, no negatividades. En caso contrario, si traes más ira o rencor al nuevo periodo, ¿de veras piensas que te traerá más amor?
Siempre vale la pena luchar por las cualidades humanas, no importan las condiciones en las que nos encontramos.
¡Practica!?.. Se uno de los yoguis XXI…
1 Comment
Es una de los artículos más interesantes, en lo breve si bueno dos veces bueno, y lo único que permanece entonces es el cambio -madurar el fruto sin daño-